De entrada, la respuesta a la pregunta del título, y apelando al sentido común de la mayoría de las personas, sería no, o mejor dicho, un abogado podría hacerlo si y solo si completara la carrera en medicina para después especializarse en cardiología, para después ser capaz de realizar una operación de corazón ¿no?.

¿Puede un Ingeniero en sistemas especializarse y ejercer el Derecho Internacional? La respuesta sería la misma que en el caso anterior. El ingeniero tendría que cursar y completar la carrera en Leyes para después especializarse en dicha área y ejercer el Derecho Internacional ¿Cierto?

Lo mismo pasa en las organizaciones cuando se tienen vacantes. Imaginemos por un segundo que en la empresa “Y” se tiene vacante una posición de nivel medio en el área de Marketing, cuyo ocupante será responsable de la creación de campañas publicitarias para ciertos productos.  Atendiendo ésta situación, el área correspondiente en Recursos Humanos debe realizar una búsqueda de candidatos que cubran con el perfil de dicha posición; apelaré aquí nuevamente al sentido común de la mayoría de las personas para comentar que el perfil adecuado del candidato comenzará con buscar personas que tengan la Licenciatura en Mercadotecnia, Publicidad, incluso Comunicación, y de ahí para adelante será un mejor candidato quien mejor experiencia, conocimientos, habilidades y educación formal tenga. ¿O es que acaso Recursos Humanos buscará a un Contador Público o a un Arquitecto o a un Ingeniero Civil para cubrir dicha vacante?

Espero que hasta éste punto quede claro el refrán: “Zapatero a tus zapatos”. Lo que es indispensable para continuar con la lectura.

Si es así, me gustaría lanzar la siguiente pregunta: ¿Cómo entonces pueden un abogado, un ingeniero en sistemas, un contador público, un pedagogo, un administrador de empresas, incluso un químico farmacobiólogo especializarse en áreas como el coaching o ciertos tipos de terapias clínicas sin necesidad de cursar la carrera de Psicología?

Si continuamos con la misma lógica utilizada en los ejemplos anteriores, para poder especializarse, y sobre todo, ejercer en áreas que tienen que ver con la mente y comportamiento humano, sería necesario ser un experto en la mente  y comportamiento humano, en conocer sus procesos, su desarrollo, y más aún, sería indispensable tener marcos de referencia que permitieran analizar el discurso así como la importancia de los significados y significantes para poder entender y ayudar a desarrollar a las personas; para adentrarse en sus realidades y desde ahí, poder mover la perspectiva de observación, identificar paradigmas, trabajar con sus emociones, con sus ideas, creencias y comportamientos. Esto sin considerar todavía los años y años de práctica necesarios para poder llevarlo a cabo adecuadamente. Hasta ahora, estoy hablando meramente de conocimientos y marcos de referencia.

Y pues sí, resulta que cualquier persona interesada y dispuesta a invertir varios miles de pesos puede convertirse en un Coach “profesional”, incluso en un “Terapeuta clínico”, ambos, capaces de trabajar con la mente humana, emociones, ideas, paradigmas, miedos, discurso, comportamientos, etc. de las personas. Mi respuesta es un rotundo no. ¿Y entonces por qué se puede hacer y por qué existen tantos agentes “certificadores” que lo permiten? Simple, porque es un negocio bastante redituable, pues como comenté anteriormente, cada futuro “coach” o “terapeuta” debe desembolsar.. perdón, invertir una fuerte cantidad de dinero para adquirir las habilidades necesarias (¿?) y poder desempeñarse como un profesional de le mente humana y del discurso de las personas (léase en tono de sarcasmo, por favor). Razón por la cuál existen actualmente tantas y tantas ofertas para poder hacerlo, y dentro de las cuales hay las que ofrecen una certificación con duración desde las 24 hasta más de 100 horas; sí, leyó usted bien, cualquier persona puede certificarse como un Coach “profesional” en 24 horas repartido en 3 sesiones de 8 horas cada una, seguidas de una “supervisión” a distancia (vía telefónica o Skype en el mejor de los casos) de las primeras prácticas que el recién graduado Coach realice. ¿Y qué pasa con aquellas certificaciones de más de 100 horas?, bien, pues aunque se amplía un poco más el conocimiento, nunca será equivalente a los 4 ó 5 años que le toma a un psicólogo completar su carrera, esto sin hablar de maestrías o posteriores cursos de especialización requeridos, que en algunos casos, pueden tener la misma duración que la carrera.

Ahora bien, hablemos de los riesgos de ésta práctica.

  1. Perjudicar, más que ayudar a las personas, con todos los riesgos que éste punto particular conlleva. (Hace poco tiempo tuve oportunidad de leer un artículo acerca de una persona que sufrió una crisis emocional a la mitad de una dinámica de Coaching Coercitivo, que cabe mencionar, no tiene absolutamente nada que ver con la metodología del Coaching, sino que utiliza dinámicas de choque para romper la estabilidad mental y emocional de la persona, además de funcionar como un negocio piramidal en donde para poder avanzar en los diferentes “niveles”, la persona debe, si, debe obligatoriamente reclutar a más personas. De hecho, las asociaciones dedicadas a estos pseudo talleres han sido en numerosas ocasiones comparadas con sectas. Incluso, se han documentado casos en donde las personas terminan siendo internadas de urgencia por sufrir crisis nerviosas, pues los responsables de dichas actividades poco o nada tienen que ver con la psicología o áreas afines y no son capaces de realizar acciones de contención cuando son necesarias.
  2. Desprestigiar la profesión en todos los sentidos: Hacer de una praxis que en realidad desarrolla a las personas, sus habilidades y a las organizaciones, algo que genera dudas e incertidumbre entre las personas que desafortunadamente han tenido malas experiencias con pseudo coaches.

En el caso de la Psicoterapia pasa exactamente lo mismo. Cada vez más son las asociaciones que eliminan los filtros de selección de las personas que desean convertirse en psicoterapeutas, por lo que ahora encontramos en las aulas (más bien salas de capacitación), personas de cualquier profesión tomando cursos en psicoterapia, psicoanálisis y otras variantes clínicas para al final trabajar para sanar personas (al menos y en el mejor de los casos intentarlo).

Si consideramos que en el ámbito clínico se tiene una mayor responsabilidad en la praxis, los filtros para poder hacerlo deberían ser aún más rigurosos que en el ámbito del coaching, desafortunadamente cosa que tampoco es así.

Pareciera que la intención única de las organizaciones y entidades certificadoras hoy día es entonces meramente económica, es decir, tener gente y más gente, grupo tras grupo, generación tras generación de “Pseudo ______”, usted, querido lector ponga el título; dejando de lado Códigos de Ética y sin considerar los antecedentes de las personas.

Al año, y dependiendo de la duración de los cursos, se pueden tener 1, 2, 3 o 4 generaciones, eso multiplicado por el número de capacitandos… bueno, hagan las cuentas y saquen sus conclusiones.

Pasemos ahora a la práctica, pues una vez obtenido el conocimiento, no existe forma, hasta ahora, de desarrollar una habilidad mas que practicando.

Ya lo dice Malcolm Gladwell en su libro Outliers, que para ser experto en algo son necesarias 10 mil horas de práctica. Esto quiere decir 10 horas por semana en 20 años, 20 horas por semana en 10 años o 40 horas por semana en 5 años. El neurólogo Daniel Levitin ha dicho: “Las conclusiones de múltiples estudios siempre terminan en que 10.000 horas de práctica son necesarias para alcanzar el nivel de experticia de clase mundial. En estudios de compositores, deportistas, escritores, pianistas, jugadores de ajedrez, pilotos aéreos, etc. este número aparece una y otra vez. Aparentemente le toma al cerebro todo ese tiempo para alcanzar el nivel necesario de maestría.”

Por lo que haciendo cuentas, podemos concluir que para poder trabajar con la mente y comportamiento humano son necesarios por lo menos 4 años de carrera, más al rededor de otros 4 años de especialización o maestría, más 5 años de práctica a tiempo completo (40 horas por semana en 5 años), dando un total de 13 años, por lo menos, para poder tener verdaderos profesionales.

Dicho lo cuál, si estás por contratar los servicios ya sea de Coaching o Psicoterapia en cualquiera de sus modalidades, solicita a tu proveedor de servicios las credenciales y antecedentes que lo acrediten como alguien capaz de  cumplir con lo esperado, y no solamente una «certificación al minuto»; si eres de los que han tenido malas experiencias por contratar “pseudo profesionistas”, dale una oportunidad a los verdaderos profesionales. Ya verás como la experiencia será muy distinta.

En un siguiente artículo comentaré acerca de la Consultoría, que también se ha puesto de moda, con características muy similares a las aquí plasmadas… pero esa es otra historia.

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