Estrés: 1. m. Tensión provocada por situaciones agobiantes que originan reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos a veces graves. (Diccionario de la lengua española)
Normalmente cuando escuchamos la palabra “estrés”, lo asociamos a algo negativo. Pero lo que no sabemos es que el estrés es una reacción fisiológica normal ante una señal de alarma como lo es el miedo y sin esta reacción estaríamos perdidos ante peligros que pueden llegar a presentarse.
Sin embargo, lo que convierte que esta activación sea beneficiosa o dañina para nuestro cuerpo, va a depender de nuestra sensación de control física y psicológica. Si sentimos que no contamos con los recursos pertinentes para afrontar la situación, el estrés se convertirá en algo negativo. Pero cuando percibimos que tenemos un control sobre lo que esta sucediendo, la reacción será positiva.
Ya comentamos que el estrés es una respuesta natural y necesaria que con una buena canalización nos permitirá afrontar o adaptarnos a situaciones complejas o estresantes. Pero si este estrés se mantiene de forma sostenida a largo plazo es algo sumamente perjudicial para la salud física y psicológica.
El estrés se encuentra en cualquier ámbito. También lo podemos llevar al trabajo, como lo es el estrés laboral o tan conocido “born-out”. El cual es un estado de agotamiento mental, emocional y físico constante que se da debido a una exigencia laboral agobiante.
Y lo podemos explicar con un ejemplo: Imagínate que recibes una llamada de tu jefe, en la que te solicita que prepares algo de manera urgente, algo complicado fuera de tu área de dominio y que lo necesita en poco tiempo.
Inmediatamente se detonará en ti el “estrés” de manera natural, dándote la energía necesaria para que puedas buscar herramientas que te permitan llegar a una solución teniendo el trabajo a tiempo. Pero si no sabes cómo canalizar ese estrés que estás sintiendo, y la tensión comienza a incrementar, el estrés ya no será algo positivo sino negativo haciendo que fracases en la urgencia solicitada, lo que te generará más emociones negativas.
El estrés positivo dentro y fuera del trabajo es conocido como “eustrés” mientras que el estrés negativo o born-out también se conoce como “distrés”.
El eustrés nos va a brindar dopamina que permitirá que nos sintamos con energía y esto haga que tomemos acciones y reaccionemos ante las situaciones negativas que se nos presenten. También estimula la creatividad, ya que tendremos nuestra mente funcionando en un 100% y habrá claridad en nuestros pensamientos mejorando la productividad, lo que nos puede ayudar mucho en el ámbito laboral.
Mientras que el distrés, es algo negativo que nos va a dar una sensación de agobio, provocando sufrimiento y desgaste tanto físico como psicológico. Al sentirse de esta forma el sistema nervioso comienza a liberar una serie de hormonas como la adrenalina y cortisol que activan el organismo para una emergencia, bombeando al corazón de sangre, tensando los músculos y acelerando la respiración. También si no se canaliza el estrés, a la larga puede generar ansiedad, irritabilidad, miedo, inseguridad, dificultad para concentrarse, depresión, etc.
El estrés negativo dependiendo su evolución a lo largo del tiempo, se podrá dividir en diferentes categorías:
-El estrés agudo es el más común. Se presenta ante las presiones y demandas presentes en el día a día o que se anticipan en un futuro próximo. Las personas que presentan este tipo de estrés se sienten agotadas la mayor parte del tiempo pero no provocan daños extensivos o síntomas de larga duración.
-El estrés episódico agudo se presenta de forma reiterada y frecuente. Las personas que se sitúan en este tipo de estrés, experimentan su vida de manera caótica, desordenada y pueden presentar crisis todos los días, estas crisis pueden ser de distintas formas; como: ansiedad, tristeza, depresión, pánico, etc. Y es muy normal observar que esta clase de personas que lo padecen, están aceleradas todo el día y afligidas, lo que no les hace notar que se sienten estresadas hasta que presentan síntomas como dolor de cabeza, falta o aumento de apetito, insomnio y dolores musculares.
-El estrés crónico agota a las personas que lo padecen día con día, haciendo que la persona no encuentre el camino para salir del túnel obscuro. Este tipo de estrés es provocado por demandas y presiones muy fuertes que se prolongan por periodos de tiempo muy largos o que ya se establecen de por vida, algunas personas hasta llegan a acostumbrarse a él. Sin embargo no hay que dejar que se establezca ya que puede desencadenar intentos de suicidio, ataques cardíacos, infartos, aparición de tumores, trastornos coronarios, trastornos respiratorios, trastornos inmunológicos, trastornos gastrointestinales, etc.
De aquí la gran importancia de poder identificar aquellos elementos que puedan estar generando estrés crónico en nuestras vidas, impactando de manera negativa no solamente nuestras relaciones y trabajo, sino nuestra salud, e incluso la propia vida.
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