Todos tenemos el libre albedrío como un don otorgado desde hace mucho tiempo, comprendamos que la felicidad es un camino, no un destino. Ya que en ocasiones las personas están esperando que algo ocurra para ser felices pensando “Cuando termine mi carrera voy a ser muy feliz,” “Cuando ella sea mi novia, voy a ser muy feliz,” “Cuando consiga ese trabajo, todos mis problemas terminarán”, “Ahora que me case, por fin voy a ser muy feliz”, etc.
Muchas veces llega por fin el tan anhelado y tan esperado momento; pero no llega la tan ansiada felicidad completa. Sólo un momento agradable y se acabó. Estando en la espera de que algo mágico, extraordinario, externo y de la nada llegue a nuestras vidas para ahora, por fin ser felices y a su vez nos traiga eléxito deseado. Tenemos que comprender que la felicidad es un camino que hay que construir y transitar diariamente en forma consciente, no es un destino a llegar; por eso hay tantos desencantos.
Soñamos tanto por conseguirla que si esta no llega, el dolor, la insatisfacción, la frustración y el lamento de la mala suerte se verán reflejadas en la vida cotidiana; a veces en un mal momento, otras en un mal día, una mala semana, un mal año, o una mala vida. Debemos tener mucho cuidado ya que todas estas experiencias serán tus compañeras de vida. Para muchas personas es muy duro cuando despiertan de su sueño y ven la cruda realidad al saber que no viven el camino que inconscientemente creen merecer de la nada, lo dan por hecho. Recuerda que nadie puede comprar la felicidad hecha. Hay que esforzarnos en nuestro desarrollo personal, ya que éste es lo más importante para transitar el camino de la felicidad y cumplir nuestras metas; teniendo como comienzo tu yo interior y el esfuerzo que dediques a cultivar tu desarrollo. Recuerda que todo inicia y termina en ti mismo.
Esfuérzate, lucha, trabaja, comprométete, logra tu Desarrollo Personal, pero no esperes la felicidad en las cosas externas. La felicidad instantánea no existe. Cumple tus metas y aprende a disfrutar el camino, que es en donde se encuentran los mejores aprendizajes.
La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte,
que pueden ocurrir pocas veces,
sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días.
Benjamín Franklin